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Exposición de Pintura-Escultura de V. Javier de Ramón Pérez-Agua e Isabel Durán Vizán en el Centro Cultural de Sanchinarro

Exposición de Pintura-Escultura de V. Javier de Ramón Pérez-Agua e Isabel Durán Vizán en el Centro Cultural de Sanchinarro

La exposición se inaugurará el próximo 7 de febrero, a las 19,30 horas, y permanecerá hasta el hasta el 5 de marzo

miércoles 18 de enero de 2023, 19:11h

Bustos de colores, cabezas con mariposas, manos entrelazadas, retratos femeninos y paisajes absorbentes conforma la exposición de Pintura-Escultura “Camino de hace al andar”, en el Centro Cultural de Sanchinarro, en Hortaleza, en la calle Princesa de Éboli, nº 29. Las obras de esta muestra reflejan el origen de la vida y fuente de la vitalidad a partir de las esculturas de Isabel Durán y las pinturas de V. Javier de Ramón Pérez-Agua. La exposición se inaugurará el próximo 7 de febrero, a las 19,30 horas, y permanecerá hasta el hasta el 5 de marzo. En la jornada inaugural se contará con la presencia de la violinista Natalia Makarova. La exposición contará con la participación de la pintura de Marta Pérez-Peñas y los centros florales de Lorena de Ramón.

La conexión artística

Los artistas se conocieron hace siete años en una academia de escultura de la capital. Ambos comparten una gran pasión por la naturaleza, que resulta en una exposición de arte impresionista y figurativo dentro de un universo tan intimista como fantástico que abrirá sus puertas el próximo 7 de febrero en el Centro Cultural de Sanchinarro.

Isabel Durán Vizán, Escultora

La escultora Isabel Durán, enmarca su obra en la reinvención del arte figurativo, partiendo de un modelado preciso y enérgico para recrear un universo fértil y profundo de una sorprendente belleza. Pero no se limita a representar lo que ve o lo que imagina, sino que dota a sus esculturas de un toque de realismo mágico, añadiendo detalles que hacen que cada objeto vaya más allá de lo que representa. Así, los confines físicos del mismo no suponen un límite, sino más bien, una puerta hacia lo que no se explica, aquello que queda solo al alcance de la clarividencia del espectador. Su trabajo, explora formatos diferentes, desde la escultura clásica acentuada con ese tacto tan propio de la artista hasta guiños a los grandes maestros del siglo XX. Su estilo es inconfundible y muy personal; vuelca en sus obras su cuerpo y alma y moldea con sus manos el alter ego de su propio ser. El arte de Isabel Durán siempre tiene su origen en lo natural; sus figuras femeninas representan el origen de la vida, la fuente de toda vitalidad, el arraigo de la mujer en lo más primitivo, y, por ello, lo más fundamental. Sus bustos de fantasía, quizá su línea de trabajo más representativa exuda, a la vez, y de manera inesperada, sensualidad e inocencia a partes iguales. Los ojos miran al espectador, las bocas se entreabren, como tratando de comprender, de buscar una explicación a su inescrutable quietud, mientras sus contornos se diluyen en flores, mariposas y formas orgánicas de gran hermosura. Esa búsqueda de la belleza pura, ese afán por transmitir que lo sereno puede ser tan hermoso como lo alegre, esa fuerza que transmite la artista en toda su obra, sobrecoge de entrada al que la contempla y lo transporta a un mundo donde la fantasía se una a la realidad, donde la naturaleza se fusiona con lo urbano, donde no hay límite alguno la imaginación; un universo, en definitiva, conmovedoramente femenino y personal.

V. Javier de Ramón Pérez-Agua, Pintor

La andadura de V. Javier Ramón Pérez-Agua comenzó, en realidad, hace más de 50 años, pues desde muy pequeño, creció rodeado de pinceles y colores que ya dibujaban un futuro prometedor como artista. A pesar de todos los premios y reconocimientos que acumuló durante su infancia, terminó decantándose por la Arquitectura. Sin embargo, los buenos resultados obtenidos, no lograron retenerle en unos estudios demasiado técnicos para su alma de artista. Se le presentaba un dilema en su carrera profesional, que bajo el consejo de su querido padre, resolvió dando un giro radical y estudiando Economía. Durante unos años se centró en el mundo de las finanzas, alejándose de esos pinceles que hasta entonces habían formado parte de su más íntima esencia. La paternidad de su hija Marina despertó, si cabe con más fuerza, ese interés por el arte que se había mantenido latente, otorgándole de nuevo, el protagonismo que merecía. Se sumergió con pasión en la fotografía, incluso tanteó la escultura. Cualquier disciplina que le permitiese expresar su mundo interior le resultaban atractivos y retadores…Pero la pintura esperaba pacientemente a que volviese a ella. Su fascinación por la naturaleza y los viajes marcaron decisivamente su obra. Maravillosos cuadros intimistas donde los juegos de luces permiten al espectador imbuirse en coloristas paisajes de influencia impresionista. Su carácter afable y sociable se proyectan muy especialmente en los retratos de sus seres más queridos resultando piezas alegres, frescas y con claro estilo personal. Y, por supuesto, la mujer. Escorzos delicados y sutiles que logran engrandecer la figura femenina transportándola al epicentro de su propia existencia. Javier, abraza al espectador desde la honestidad de sus pinturas y esa autenticidad logra atraernos, aún más si cabe, a su obra.

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